
Ya se ha cumplido un año desde que, Ángel Garach (Granada, 1951), comenzaba con nosotros la aventura de las reclamaciones aéreas. Y es que, a este jubilado, golfista y juez de morfología canina, como a muchos de nuestros reclamadores, se le complicó el viaje.
¿El motivo? Un retraso en su vuelo Miami-Lima de más de 6 horas. Esta demora provocó, además, que Ángel perdiera un vuelo interior en Perú y no pudiese disfrutar de otros servicios que ya tenía contratados.
Ésta es su historia, ¡que la disfrutes!
¡Hola, Ángel! Primero que nada, cuéntanos: ¿qué pasó con tu vuelo?
Viajaba con mi familia por vacaciones con American Airlines cuando mi vuelo de conexión Miami-Lima se retrasó más de seis horas sin ninguna explicación por parte de la compañía. Además, por este motivo, perdimos otro vuelo interno en Perú, así como algunos de los servicios que ya teníamos contratados. No los pudimos disfrutar.
¡Vaya! Y ante esta situación, ¿cómo actuó la aerolínea? ¿Os ofreció algún tipo de servicio (comida, agua…)?
Realmente, no sé si la compañía ofreció algo de comer o de beber, porque el aeropuerto era un auténtico caos. Nosotros, por suerte, encontramos un rincón donde compramos algunos bocadillos, pero, aún así, nos trataron como si fuésemos ‘ganado’. No recomendaría a nadie hacer escala en Miami.
La compañía nos trató como si fuésemos ganado
Fue entonces cuando decidiste ponerte en marcha. ¿Cómo nos conociste y qué fue lo que te animó a reclamar con nosotros?
Conocí reclamador por Internet, y por la claridad de los servicios propuestos, recurrí a vosotros inmediatamente. Sois muy profesionales y estoy muy satisfecho.
¿Podrías definir nuestros servicios en sola una frase?
Claridad del contrato y eficacia de la resolución del conflicto.
¿Qué idea tenías sobre el hecho de reclamar antes de hacerlo con nosotros? ¿Y después?
Sabía que se podía reclamar este tipo de problemas, pero, al no tenerlo claro, recurrí al padrecito Google (que lo sabe todo) y os encontré. Ahora, una vez que se ha solucionado el conflicto, tengo que reconocer que vale la pena.
Por último, ¿qué le dirías a aquellas personas que no terminan de atreverse a reclamar?
Que tenemos que adquirir conciencia de reclamadores para defender nuestros derechos y para terminar con los abusos que, en ocasiones, se cometen contra nosotros. Siempre es todo más fácil con profesionales que hacen bien su trabajo.