Firmar una hipoteca para comprar una vivienda equivale a aceptar un gran número de condiciones impuestas por la entidad bancaria que la concede. La mayoría de las personas ni siquiera conocen bien algunas de ellas. La conocida como cláusula suelo es una de las que más discrepancias suscita acerca de su legalidad. Si bien era una práctica habitual, en las hipotecas firmadas hace una década, hoy en día, muchos tomadores de hipoteca denuncian tener una cláusula suelo abusiva.
La verdad es que la polémica generada por la existencia de esta cláusula está sobradamente justificada, ya que su legalidad, únicamente, es indiscutible en algunos casos. Para entender la polémica hay que entender primero qué es la cláusula suelo. En este sentido, su aplicación suele aparecer definida en la escritura del préstamo hipotecario con títulos como “límites a la aplicación del interés variable”, “límite de la variabilidad” o “tipo de interés variable”.
Esta cláusula, introducida por muchos bancos a la hora de realizar una hipoteca, implica que el tomador siempre tendrá que pagar un mínimo en sus cuotas, aunque los intereses ordinarios fijados en el contrato sean inferiores. La importancia de esta cláusula radica, por encima de todo, en que la mayoría de hipotecas firmadas en España se fija teniendo en cuenta un valor de referencia, como el Euribor, más el diferencial de cada entidad. Aunque el interés surgido de esta operación aritmética sea inferior, el cliente deberá pagar el mínimo fijado en su hipoteca por la cláusula suelo.
La legalidad de las cláusulas suelo
Aunque, en la mayoría de hipotecas que se firman, a día de hoy, ha desparecido la cláusula del suelo, se sigue debatiendo sobre su legalidad, debido al gran número de afectados. La Ley Hipotecaria y el Banco de España marcan que esta cláusula no es contraria a la ley, siempre que no sea abusiva o no se haya informado al usuario de manera comprensible acerca de su existencia en el contrato de la hipoteca.
Una cláusula suelo abusiva
En el año 2013, una sentencia del Tribunal Supremo consideró abusivas las cláusulas suelo, por un defecto de transparencia, al tratarse de una Condición General de Contratación redactada de manera unilateral por la entidad bancaria y por producir cambios inesperados en el precio del contrato que el cliente desconoce que puedan darse.
Las cláusulas suelo firmadas con falta de información y que se presentaban como una contraprestación imprescindible a la cláusula techo y con la apariencia de repercutir positivamente en una disminución del precio del dinero fueron consideradas nulas.
Esta falta de transparencia a la hora de informar acerca de las características e implicaciones de la cláusula suelo en el precio final de la hipoteca hace que la mayoría de las firmadas antes de la Ley 1/2013 sean consideradas abusivas.