Ser o no ser consumidor, esa es la cuestión (para reclamar a un banco)

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Probablemente hayas escuchado que es más fácil recuperar el dinero que te cobraron de más los bancos si eres un consumidor. Algunos se han encontrado con advertencias a la hora de iniciar una reclamación. Esto ha pasado porque les han advertido de que no serán considerados consumidores. Y, por lo tanto, tienen más riesgo a la hora de reclamar.

¿Pero qué significa eso de ser o no consumidor?, ¿sabes si eres consumidor?, ¿es lo mismo que ser persona física? Estas son algunas preguntas habituales que trataremos de aclarar en lo que sigue.

La protección extra de los consumidores

La RAE define consumidor como Persona que adquiere productos de consumo o utiliza ciertos servicios. Pero a nivel legal el término es mucho más restrictivo. Se usa para diferenciar a aquellas personas que necesitan una especial protección en la contratación con empresas.

La protección es la clave del asunto a nivel legal. Y este trato especial de la ley viene marcado tanto por la Unión Europea como por las leyes nacionales.

Por eso, legalmente esta es la definición de consumidor: Son consumidores o usuarios las personas físicas o jurídicas que actúan en un ámbito ajeno a una actividad empresarial o profesional”.

La clave es si la compra es ajena a la actividad empresarial o profesional del que contrata el préstamo. Es decir, hay que ver si la contratación del producto bancario se hace para uso personal o profesional.

¿Y yo soy un consumidor?

Pues depende. Aunque este artículo esté escrito por una gallega el “depende” está plenamente justificado. Va a quedar más claro mediante el ejemplo de Mario.

  • Mario contrata una hipoteca para comprar su vivienda habitual a su nombre. Esta operación es ajena la actividad empresarial o profesional de Mario, sin duda. Mario es consumidor.
  • Mario compra en la misma semana un local para instalar su taller de coches. Para ello contrata una hipoteca. Esta operación forma parte de la actividad empresarial o profesional de Mario. También sin género de dudas, Mario no es consumidor.

¿Tiene Mario más conocimientos de banca cuando compra su local que cuando compra su casa? La respuesta es clara. Mario sabe exactamente lo mismo.

Aún así, la ley no protegerá de la misma forma a Mario si en la hipoteca del local tiene una cláusula abusiva. Sin embargo, se verá especialmente respaldado si esa misma cláusula está en la hipoteca de la casa.

¿Por qué sucede esto? Porque que la ley presupone que cuando una persona actúa en el ámbito de su actividad profesional o empresarial debe contar con asesoramiento financiero o jurídico para velar por el buen fin de su negocio. Así podrá negociar en igualdad de condiciones con la empresa, en este caso, el banco.

Son pocas las empresas que podrán negociar con un banco de igual a igual y negociar todas y cada una de las cláusulas del contrato. Pero la ley tenía que marcar un límite. Y ahí lo ha puesto.

Esperemos que en un futuro el legislador caiga en la cuenta de que tanto autónomos como pequeñas empresas sin departamento legal y financiero también necesitan de cierta protección extra contra las grandes empresas. Especialmente en el ámbito bancario.

Hoy zonas grises

Antes vimos que Mario había hecho dos operaciones de préstamo en las que, según la definición legal, sabíamos perfectamente si era o no consumidor. Pero hay otros casos donde la definición no se corresponde con la realidad y se generan dudas que tienen que resolver los jueces.

Veamos otras opciones que pudo haber tenido Mario para la compra de su vivienda y su local y que lo dejarían en una zona gris de la definición de consumidor.

  • Mario se compra una casa bastante grande y quiere sacar un rendimiento a tantos metros cuadrados. Por lo que pide una hipoteca para la compra y para reformar la parte baja de la misma que convertirá en viviendas para alquilar en verano. Si Mario debe acudir a juicio por una cláusula suelo su abogado defenderá que es consumidor. Lo hará alegando que el fin principal de la casa es ser su vivienda habitual y que solo alquila la vivienda en verano para sufragar los gastos de la propiedad. Esto sin que sea una actividad empresarial o profesional. Al fin y al cabo, su empresa es un taller, no una inmobiliaria vacacional.
  • Mario compra la casa a nombre de su empresa, que es un taller para coches, pero el taller estará en otro sitio. Él solo va a usar la casa como vivienda habitual. Aunque la compra sea a nombre de una persona jurídica, Mario sigue siendo consumidor si demuestra que la propiedad solo es su residencia. Se puede hacer mediante el padrón, recibos de suministro, etc. Pero el banco lo querrá pelear y dirá que la casa es un bien adscrito a la empresa.
  • Mario compra un local comercial en otro pueblo porque cree que se adapta bien a lo que necesita un taller de coches. Pero él no lo va a usar, sino que lo va a alquilar a otro empresario.

La opinión de los jueces importa

En casos como este, algunos jueces dirán que Mario es un consumidor en esta operación porque el local no forma parte de su actividad profesional. Tanto daría que comprase el mismo local y se lo alquilase a un barbero. Es una compra personal. Pero otros podrían decir que no lo es porque Mario pudo comprar ese local para su empresa pero con la crisis ha decidido alquilarlo. O que da igual si es para su empresa o no, ya que la operación de alquiler no deja de ser una actividad profesional.

Factores a tener en cuenta

  • Cuáles son las actividades en las que está dada de alta la empresa de Mario. Muchas personas inscriben su empresa en muchas actividades por si en el futuro deciden dedicarse a eso. Y la cosa se complica más si lo han hecho dentro de actividades inmobiliarias.
  • Saber si hay zonas de la propiedad alquiladas. Con qué fin, desde cuando y hasta cuando se pretende seguir con ese uso.
  • Tenemos que buscar en Internet la dirección exacta de la propiedad. No puede aparecer emplazado un negocio actualmente si la persona declara que ahí solo está su vivienda habitual.

Cuando nos llega una reclamación de cláusula suelo estudiamos todos los factores. Lo hacemos de forma gratuita y sin compromiso.

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